Cuando estacionamos el coche en la vía pública, nos exponemos a que cualquier desaprensivo pueda descargar su ira sobre nuestro vehículo.

Resulta que el automóvil de nuestro asegurado estaba aparcado correctamente frente a las dependencias de la Policía Municipal de Vitoria.

Ese mismo día, los agentes detenían a un conductor por un presunto delito contra la seguridad del tráfico y lo trasladaron, precisamente, a dichas dependencias.

El detenido estaba muy nervioso. Insultó a los agentes en varias ocasiones y no se tranquilizó hasta que un familiar fue a buscarlo.

Una vez fuera de las dependencias policiales, el conductor comenzó a rayar el lateral izquierdo de todos los vehículos que se encontraba a su paso.

Los afectados resultaron ser cinco automóviles que estaban estacionados, entre los que se encontraba el de nuestro asegurado.

Nos cursó un parte para que asumiéramos su defensa en el juicio que se promovía contra el autor de los desperfectos.

El Fiscal entendía que los hechos eran constitutivos de un delito de daños y una falta contra el orden público.

Además, consideraba que concurría una circunstancia atenuante ya que el detenido había ingerido bebidas alcohólicas, después de cuatro años de abstinencia, tras un tratamiento psiquiátrico de desintoxicación.

Finalmente, el juez estimó las pretensiones de la acusación pública y condenó al imputado a pagar 570 euros en multas por el delito de daños y por la falta contra el orden público.

Asimismo, fue condenado a pagar una indemnización de 2.451 euros por los daños y perjuicios ocasionados a los dueños de los cinco vehículos que se interpusieron en su camino.

Nuestro cliente fue indemnizdo en 418,21 euros correspondientes a la reparación de los desperfectos del coche.